Mi Mundo

martes, 29 de diciembre de 2009

El Reflejo del Alcoholico

Carl Jung pilar de AA

domingo, 27 de diciembre de 2009

sábado, 26 de diciembre de 2009

La Moral en AA

La Moral como la entendemos en AA, no es una serie de reglas por la cual se deben regir TODAS las personas, de la misma forma y bajo las mismas circunstancias


La moral es simplemente una serie de valores, de principios que elegimos para guiarnos en nuestra recuperación. Nuestro fin no es especificar un sistema moral que debe regir la vida de nadie mas que la de nosotros mismos . Sabemos que cada uno de nosotros tiene sus propios valores internos.(Grupo Jovenes Tepatitlán)

Así, podríamos elegir como definición de bueno: aquello que tiene la capacidad de sacar a relucir lo mejor que tenemos dentro y de consolidar nuestra recuperación; y definir lo malo como: aquello que tiene el poder de sacar a relucir lo peor de nosotros y que debilita nuestra recuperación.(Grupo Jovenes Tepatitlán)

No por eso caemos en el relativismo pues dicha moral la fundamos en principios espirituales universales como amor, tolerancia y respeto.

Lo que queremos decir es que no imponemos reglas ni determinamos formas de comportamiento a la manera que lo establece la religión , la cultura, comunidades o instituciónes que establecen sus propias formas de conducta con reglas que deben ser obedecidas por todas las personas que a ellas pertenescan o se unan por asociación voluntarias (sin tomar en cuenta sus caracteres ni caracteristicas personales )

martes, 22 de diciembre de 2009

domingo, 20 de diciembre de 2009

¡Ho hermosura que excedeis !

¡OH HERMOSURA QUE EXCEDÉIS!

¡Oh hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
Sin herir dolor hacéis,
y sin dolor deshacéis,
el amor de las criaturas.

Oh ñudo que así juntáis
dos cosas tan desiguales,
no sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males.

Juntáis quien no tiene ser
con el Ser que no se acaba;
sin acabar acabáis,
sin tener que amar amáis,
engrandecéis nuestra nada.

viernes, 18 de diciembre de 2009

El Miedo

jueves, 17 de diciembre de 2009

Como responde el Papa Juan Pablo II al desafio de las sectas

No ha existido ningún otro Pontífice que haya hablado, con tanta valentía sobre un tema que, a raíz de lo complejo y urticante, no pocos prefieren callar.


En razón de la imposibilidad de incluir todas las manifestaciones, hemos seleccionado los textos y párrafos más relevantes, razón por la que sugerimos en una segunda instancia, la lectura de los documentos en su completud.


Especial importancia tiene el mensaje dirigido al tercer grupo de obispos norteamericanos, en su visita 'ad limina' el 18 de mayo de 1993, donde S.S. Juan Pablo II hace alusión a un tema de grave consideración, como lo es el de la penetración de ideas y conceptos de la New Age o Nueva Era "en la predicación, la catequesis, los congresos y retiros", llegando "a influir incluso en los católicos practicantes".


También es digno de resaltar por la riqueza del contenido y orientaciones, el mensaje que el Papa con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, diera el 25 de julio de 1990. En el mismo, el Pontífice se refiere exclusivamente al fenómeno de las sectas y NMR, y menciona las diversas realidades por las que atraviesan los emigrantes, realidades estas, que muchas veces facilitan la adhesión a no pocos movimientos de características sectarias.


El nuestro es un país donde los emigrantes están a la orden del día: personas que emigran a nuestras tierras, provenientes de variados países; personas que emigran del interior a las grandes ciudades; y personas nativas de las grandes ciudades que no emigran, pero por las características alienantes de las megalópolis, viven como tales en sus propias ciudades.


A continuación consignamos una recopilación de mensajes de S.S. Juan Pablo II, donde se refiere al fenómeno de las sectas y NMR.




· Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de Bolivia en su viaje pastoral

L'Osservatore Romano, 21 (1988), p. 1O.


" ... Me alegra profundamente poder comprobar personalmente la religiosidad del pueblo boliviano, que espera y necesita nuestra guía doctrinal, para poder purificar y consolidar en la verdad sus sinceras y hondas creencias religiosas, así mismo necesita nuestras orientaciones para saber cómo actuar y defenderse frente a la actividad proselitista de las sectas, que en tiempos recientes, se están multiplicando en Bolivia; dichas sectas de corte fundamentalista están sembrando confusión en el pueblo, y por desgracia pueden diluir muy pronto la coherencia y la unidad del mensaje evangélico".


· Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos del Perú en su visita ad limina

Vaticano, junio de 1988 - L'Osservatore Romano, 23 (1988), pp. 21 y 32.


"Veo que en los diversos países de América Latina el problema número uno es, cada vez más, el problema de las sectas, algunos Obispos han manifestado una opinión muy pesimista de cara al futuro, yo no puedo permanecer indiferente ante estas opiniones pesimistas (...).


"Esto debe constituir un motivo más de preocupación pastoral, que nos lleva a plantear y realizar una acción evangelizadora, para la cual se necesitan agentes de pastoral convenientemente formados e imbuidos de gran espíritu apostólico".


· Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de Zaire en su visita ad limina

L'Osservatore Romano, 48 (1988), pp. 21 y 32.


"... Habéis aludido a la proliferación de las sectas y a su acción corrosiva. Las razones son sin duda múltiples. El hecho constituye para la Iglesia una seria interpelación, invitando a desarrollar la formación catequética de los fieles y de comunidades eclesiales ricas, puesto que los que son tentados por las sectas, buscan probablemente una respuesta simple o sincretista a sus interrogantes y un sostenimiento caluroso, que pertenece al orden de la caridad".


· Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos de la Conferencia Episcopal Mexicana

Lago Guadalupe, México, 12 de mayo de 199º - L'Osservatore Romano, 34 (199O), p. 1.


"Tampoco hay que descuidar el grave problema de los 'nuevos grupos religiosos', que siembran confusión entre los fieles, especialmente en los ambientes medios y marginales o pobres. Sus métodos, sus recursos económicos y la insistencia de su labor proselitista hacen impacto, sobre todo, entre quienes emigran del campo a la ciudad".


· Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en la Jornada Mundial del Emigrante

Vaticano, 25 de julio de 199º - L'Osservatore Romano, 34 (199O), pp. 1 y 2.


"Quisiera reflexionar junto con vosotros con ocasión de la Jornada mundial del Emigrante sobre un problema que está resultando cada vez más preocupante: el peligro a que están expuestos muchos emigrantes, de perder su propia fe cristiana por causa de sectas y de nuevos movimientos religiosos que proliferan sin cesar. Algunos de estos grupos se definen cristianos; otros se inspiran en religiones orientales; y otros hacen referencia a ideologías, por lo común revolucionarias, de nuestro tiempo.


"Aunque resulte difícil descubrir una línea de contenidos comunes en todos ellos, sí es posible trazar su tendencia general. En estos movimientos la salvación suele ser considerada, por lo general, como algo exclusivo de un grupo minoritario, guiado por personalidades superiores, que creen tener una relación privilegiada con un Dios cuyos secretos pretenden conocer sólo ellos. También la búsqueda de lo sagrado presenta contornos ambiguo. Para algunos se trata de un valor superior, hacia el que el hombre tiende sin poder jamás alcanzarlo; para otros, en cambio, está situado en el mundo de la magia, y buscan atraerlo a su propia esfera para manipularlo y reducirlo a su propio servicio.


"Las sectas y los nuevos movimientos religiosos plantean hoy a la Iglesia un gran desafío pastoral tanto por el malestar espiritual y social en el que hunden sus raíces, como por las instancias religiosas de las que son instrumentos. Esas instancias, sacadas del contexto de la doctrina y de la tradición católica, con frecuencia son llevadas a conclusiones muy lejanas de las originarias El difundido milenarismo, por ejemplo, evoca las temáticas de la escatología cristiana y los problemas relativos al destino del hombre; querer dar respuestas de carácter religioso a cuestiones políticas o económicas revela la tendencia a manipular el verdadero sentido de Dios, llegando de hecho a excluir a Dios de la vida de los hombres; el celo casi agresivo con que algunos buscan nuevos adeptos yendo de casa en casa o deteniendo a los transeúntes en las esquinas de las calles, es una falsificación sectaria del celo apostólico y misionero; la atención que se presta al individuo y la importancia que se atribuye a su aportación a la causa y al desarrollo del grupo religioso, además de responder al deseo de valorar la propia vida sintiéndose útiles a la comunidad a la que pertenecen, constituye una expresión desviada del papel activo propio de los creyentes, miembros vivos del Cuerpo Cristo, llamados a trabajar por la difusión del reino de Dios.


"De hecho, la expansión de las sectas y de los nuevos movimientos religiosos concentra sus esfuerzos en algunos sectores estratégicos: entre estos están las migraciones. Por la situación de desarraigo social y cultural, y por la inestabilidad en que se hallan, suelen ser presas fáciles de métodos insistentes y agresivos. Excluidos de la vida social del país de origen, extraños a la sociedad en que se insertan, obligados a menudo a moverse fuera de un ordenamiento objetivo que defienda sus derechos, los emigrantes pagan la necesidad de ayuda y el deseo de salir de la marginación, en la que están confinados de hecho, con el abandono de su fe. Es un precio que ningún hombre respetuoso de los derechos humanos debería pedir o aceptar. Al emigrante no sólo se le hiere en su dignidad humana, sino también en su positiva y respetuosa colocación en el ambiente social que lo acoge. Y, desde luego, no dan muestra de honradez y sensibilidad aquellos que, aún teniendo el deber de aliviar en el emigrante el trauma y la desorientación causados por el impacto con un mundo extraño a la propia cultura, se acercan a él en un momento de profundo malestar para engañarlo e instrumentalizarlo.


"Los puntos débiles en que se apoyan los nuevos movimientos religiosos son la inestabilidad y la incertidumbre. En ellos basan su estrategia de acercamiento. Se trata de un conjunto de atenciones y de servicios prestados para hacer que el emigrante abandone su fe y se adhiera a una nueva propuesta religiosa. Presentándose como los únicos poseedores de la verdad, afirman la falsedad de la religión que el emigrante profesa y le piden que dé un cambio de ruta brusco e inmediato. Se trata, evidentemente, de una verdadera agresión moral, de la que no es fácil escapar con buenas maneras, pues su ardor e insistencia son agobiantes.


"Las enseñanzas de las sectas y nuevos movimientos religiosos, se opone a la doctrina de la Iglesia Católica; por eso, la adhesión a ellos significa renegar de la fe en que habéis sido bautizados y educados. El evangelio, al mismo tiempo que nos exhorta a ser sencillos como palomas, nos invita también a ser prudentes y astutos como serpientes. La misma vigilancia que ponéis cuando están en juego vuestros asuntos materiales, con el fin de no ser víctimas de los engaños de quienes quieren aprovecharse de vosotros, debe guiaros para no caer en la red de las asechanzas de quien atenta contra vuestra fe. "Mirad que no os engañe nadie -nos advierte el Señor-. Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo 'yo soy', y engañarán a muchos ... Si alguno os dice: 'Mirad, el Cristo aquí'. 'Miradlo allí', no le creáis. Pues surgirán falsos profetas" (Mc 13, 6. 21-22). Y también nos dice: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7, 15-16).


"Otros motivos que pueden llevar a acoger las proposiciones de esos nuevos movimientos religiosos son la poca coherencia con que algunos bautizados viven su compromiso cristiano, y también el deseo de una vida religiosa más fervorosa, que se espera experimentar en una determinada secta, cuando la comunidad que se frecuenta está poco comprometida.


"Pero se trata de un engaño. Del malestar interior antes mencionado se sale, de hecho, mediante una verdadera conversión, según el evangelio, y no afiliándose irreflexivamente a esa clase de grupos, adoptando ritos religiosos que ocultan con el ruido de las palabras la apatía del corazón. Por eso hace falta una seria renovación espiritual y una coherente adhesión a la voluntad de Dios, al seguimiento de Cristo; es una desviación el limitarse a cumplir algún mandamiento aislado y extravagante, del que hace depender el propio destino de vida o de muerte".


"(...) Los aspectos de inestabilidad, en los que se apoyan las sectas y los movimientos religiosos para tender acechanzas a la fe del emigrante, deben constituir para la Iglesia motivos para dar prioridad a la atención y a la asistencia al emigrante. Los servicios, que a menudo suele pagar con la renuncia a su fe, se los debe prestar la Iglesia con solicitud gratuita, alegre de poder prestar un servicio a Cristo mismo. Así como Jesús es la imagen transparente del amor del Padre, de igual modo la Iglesia debe ser imagen de la ternura del Redentor; por eso, debería ser evidente que la comunidad, a la que llega el emigrante, es una comunidad capaz de acoger y amar. La comunidad de los que creen en Cristo no ha de mostrar nunca el rostro triste de quien se siente estorbado en sus compromisos y proyectos diarios, sino que ha de manifestar el rostro alegre de quien ha descubierto a Cristo, esperado y reconocido en el extranjero (...)".


"Queridos emigrantes: 'Manteneos firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes' (1 Co 16,13). La exhortación del Apóstol Pablo es un eco de las palabras del Señor que nos invita a construir nuestra propia existencia sobre la roca sólida que es él mismo. Jesús, Hijo de Dios, nos asegura la salvación. Sólo quien está firmemente enraizado en él puede dar frutos que resistan al desgaste de todas las modas, incluidas las de las sectas religiosas. La gratitud hacia el don de Dios, manifestada mediante la respuesta de una vida cristiana coherente, atrae sobre vosotros otros dones de comunión con él y de perseverancia en vuestro fiel compromiso cristiano. 'El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él' (Jn 14,21) y 'a todo el que tiene se le dará y le sobrará' (Mt 25,29). Cuanto más os adentréis en el camino de la vida cristiana, tanto más os pondréis al abrigo de las acechanzas que atentan contra vuestra fe".


· Discurso de S.S. Juan Pablo II, a los obispos argentinos en su visita ad limina

Vaticano, 18 de enero de 1991 - Aica Doc 23O, Aica Nº 1779 (1991), pp. 2/6.


"... Con paciencia, con pedagogía paternal, mediante un itinerario catequístico permanente, a través de misiones populares y otros medios de apostolado, ayudad a esos fieles a madurar en su conciencia de pertenecer a la Iglesia y a descubrirla como su familia, su casa, el lugar privilegiado de su encuentro con Dios.


"Son precisamente esas multitudes que conservan la fe de su bautismo, pero probablemente debilitada por el desconocimiento de las verdades religiosas y por una cierta 'marginalidad' eclesial, las más vulnerables ante el combate del secularismo y del proselitismo de las sectas (...). La presencia de las sectas, que actúan especialmente sobre estos bautizados insuficientemente evangelizados o alejados de la práctica sacramental, pero que conservan inquietudes religiosas, ha de constituir para nosotros un desafío pastoral al que será necesario responder con un renovado dinamismo misionero".


· Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en su segundo viaje apostólico a Brasil

Brasil, octubre de 1991 - Citado por URREA, JUAN C., "Los NMR en América Latina", Ed. Paulinas, Chile 1992, p. 62.


"Sé bien que la promoción de estas sectas y grupos cuenta con fuertes recursos económicos y que su predicación seduce al pueblo con falsos espejismos, engaña con simplificaciones torcidas y siembra confusión, sobre todo en los más sencillos que han recibido escasa instrucción religiosa.


"Es importante pues, que vuestra pastoral, sepa ocupar los espacios en los que actúan esas sectas, despertando en el pueblo la alegría y el santo orgullo de pertenecer a la única Iglesia de Cristo, que subsiste en nuestra santa Iglesia Católica".


· Discurso de S.S. Juan Pablo II, al tercer grupo de obispos de los EE.UU. en su visita ad limina. Vaticano, 18 de mayo de 1993 - Reproducido en 'Palabra', 343/4, Madrid, agosto 1993, p. 129.


"Mientras sigue avanzando la secularización de muchos aspectos de la vida, hay una nueva demanda de espiritualidad, como lo muestra la aparición de muchos movimientos religiosos y terapéuticos, que pretenden dar una respuesta a la crisis de los valores de la sociedad occidental. Esta inquietud del homo religiosus produce algunos resultados positivos y constructivos, como la búsqueda de un nuevo significado de la vida, una nueva sensibilidad ecológica y el deseo de ir más allá de una religiosidad fría y racionalista. Por otra parte, este despertar religioso trae consigo algunos elementos muy ambiguos, incompatibles con la fe cristiana.


"Muchos de vosotros habéis escrito cartas pastorales sobre los problemas que presentan las sectas y movimientos pseudorreligiosos, incluido el llamado New Age. Las ideas de la New Age a veces se abren camino en la predicación, la catequesis, los congresos y los retiros, y así llegan a influir incluso en los católicos practicantes, que tal vez no son conscientes de la incompatibilidad de esas ideas con la fe de la Iglesia.


"En su perspectiva sincretista e inmanente, estos movimientos pararreligiosos prestan poca atención a la Revelación, más bien, intentan llegar a Dios a través del conocimiento y la experiencia, basados en elementos que toman prestados de la espiritualidad oriental y de técnicas psicológicas. Tienden a relativizar la doctrina religiosa a favor de una vaga visión del mundo, que se expresa mediante un sistema de mitos y símbolos revestidos de un lenguaje religioso. Además proponen a menudo una concepción panteísta de Dios, incompatible con la Sagrada Escritura y la tradición cristiana. Reemplazando la responsabilidad personal de nuestras acciones frente a Dios con un sentido del deber frente al cosmos, tergiversando así el verdadero concepto de pecado y la necesidad de la redención por medio de Cristo".


· Discurso de S.S. Juan Pablo II, al primer grupo de obispos argentinos en su visita ad limina. Vaticano, 7 de febrero de 1995 - Aica Doc 328, Aica Nº 199O (1995), pp. 67/71.


"(...) La ignorancia religiosa y la deficiente asimilación vital de la fe, que se derivan de una catequesis insuficiente o imperfecta, dejarían a los bautizados inermes frente a los peligros reales del secularismo o del proselitismo de las sectas fundamentalistas, con el consiguiente riesgo de que estos reemplacen las valiosas y sugestivas expresiones cristianas de la piedad popular (...).


"Otro fenómeno de nuestra cultura contemporánea es que, mientras continúa avanzando la secularización de muchos aspectos de la vida, se percibe también una nueva demanda de espiritualidad, expresión de la condición religiosa del hombre y signo de su búsqueda de respuestas a la crisis de valores de la sociedad occidental (...).


"Hay que tener presente, sin embrago, que no faltan desviaciones que han dado origen a sectas y movimientos gnósticos o pseudorreligiosos, configurando una moda cultural de vastos alcances que, a veces, encuentra eco en amplios sectores de la sociedad y llega incluso a tener influencia en ambientes católicos.


"Por eso, algunos de ellos, en una perspectiva sincretista, amalgaman elementos bíblicos y cristianos con otros extraídos de filosofías y religiones orientales, de la magia y de técnicas psicológicas.


"Esta expansión de las sectas y de nuevos grupos religiosos que atraen a muchos fieles y siembra confusión e incertidumbre entre los católicos es motivo de inquietud pastoral".

miércoles, 16 de diciembre de 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

domingo, 13 de diciembre de 2009

CONFIA HERMANO

DECLARACIÓN

NOSTRA AETATE

SOBRE LAS RELACIONES DE LA IGLESIA
CON LAS RELIGIONES NO CRISTIANAS


Proemio

1. En nuestra época, en la que el género humano se une cada vez más estrechamente y aumentan los vínculos entre los diversos pueblos, la Iglesia considera con mayor atención en qué consiste su relación con respecto a las religiones no cristianas. En cumplimiento de su misión de fundamentar la Unidad y la Caridad entre los hombres y, aún más, entre los pueblos, considera aquí, ante todo, aquello que es comûn a los hombres y que conduce a la mutua solidaridad.

Todos los pueblos forman una comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género humano sobre la faz de la tierra, y tienen también un fin ûltimo, que es Dios, cuya providencia, manifestación de bondad y designios de salvación se extienden a todos, hasta que se unan los elegidos en la ciudad santa, que será iluminada por el resplandor de Dios y en la que los pueblos caminarán bajo su luz.

Los hombres esperan de las diversas religiones la respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana, que hoy como ayer, conmueven íntimamente su corazón: ¿Qué es el hombre, cuál es el sentido y el fin de nuestra vida, el bien y el pecado, el origen y el fin del dolor, el camino para conseguir la verdadera felicidad, la muerte, el juicio, la sanción después de la muerte? ¿Cuál es, finalmente, aquel ûltimo e inefable misterio que envuelve nuestra existencia, del cual procedemos y hacia donde nos dirigimos?

Las diversas religiones no cristianas

2. Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los diversos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana y aveces también el reconocimiento de la Suma Divinidad e incluso del Padre. Esta percepción y conocimiento penetra toda su vida con íntimo sentido religioso. Las religiones a tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado. Así, en el Hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza. En el Budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical de este mundo mudable y se enseña el camino por el que los hombres, con espíritu devoto y confiado pueden adquirir el estado de perfecta liberación o la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos apoyados con el auxilio superior. Así también los demás religiones que se encuentran en el mundo, es esfuerzan por responder de varias maneras a la inquietud del corazón humano, proponiendo caminos, es decir, doctrinas, normas de vida y ritos sagrados.

La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a Cristo, que es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn., 14,6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas.

Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de fe y vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen.

La religión del Islam

3. La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian además el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por tanto, aprecian la vida moral, y honran a Dios sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno.

Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes, el Sagrado Concilio exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, procuren y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres.

La religión judía

4. Al investigar el misterio de la Iglesia, este Sagrado Concilio recuerda los vínculos con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la raza de Abraham.

Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham segûn la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del pueblo elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo.

La Iglesia tiene siempre ante sus ojos las palabras del Apóstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, "a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas; y también los Patriarcas, y de quienes procede Cristo según la carne" (Rom., 9,4-5), hijo de la Virgen María. Recuerda también que los Apóstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judío, así como muchísimos de aquellos primeros discípulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo.

Como afirma la Sagrada Escritura, Jerusalén no conoció el tiempo de su visita, gran parte de los Judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión. No obstante, según el Apóstol, los Judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y "le servirán como un solo hombre" (Soph 3,9).

Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecioentre ellos, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno.

Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo, no puede ser imputado ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy. Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras. Por consiguiente, procuren todos no enseñar nada que no esté conforme con la verdad evangélica y con el espíritu de Cristo, ni en la catequesis ni en la predicación de la Palabra de Dios.

Además, la Iglesia, que reprueba cualquier persecución contra los hombres, consciente del patrimonio comûn con los judíos, e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos.

Por los demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia, abrazó voluntariamente y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte, por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar la cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia.

La fraternidad universal excluye toda discriminación

5. No podemos invocar a Dios, Padre de todos, si nos negamos a conducirnos fraternalmente con algunos hombres, creados a imagen de Dios. la relación del hombre para con Dios Padre y con los demás hombres sus hermanos están de tal forma unidas que, como dice la Escritura: "el que no ama, no ha conocido a Dios" (1 Jn 4,8).

Así se elimina el fundamento de toda teoría o práctica que introduce discriminación entre los hombres y entre los pueblos, en lo que toca a la dignidad humana y a los derechos que de ella dimanan.

La Iglesia, por consiguiente, reprueba como ajena al espíritu de Cristo cualquier discriminación o vejación realizada por motivos de raza o color, de condición o religión. Por esto, el sagrado Concilio, siguiendo las huellas de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, ruega ardientemente a los fieles que, "observando en medio de las naciones una conducta ejemplar", si es posible, en cuanto de ellos depende, tengan paz con todos los hombres, para que sean verdaderamente hijos del Padre que está en los cielos.

Todas y cada una de las cosas contenidas en esta Declaración han obtenido el beneplácito de los Padres del Sacrosanto Concilio. Y Nos, en virtud de la potestad apostólica recibida de Cristo, juntamente con los Venerables Padres, las aprobamos, decretamos y establecemos en el Espíritu Santo, y mandamos que lo así decidido conciliarmente sea promulgado para la gloria de Dios.

Roma, en San Pedro, 28 de octubre de 1965.

Yo, PABLO, Obispo de la Iglesia católica.


Del Concilio Vaticano II

compartido por
Fernando
emdlm
Proclamando El Reino de Dios

sábado, 12 de diciembre de 2009

La confesión

En la Confesión se realiza la misericordia de Dios

"También recibe el alma de otra manera este bautismo, hablando de un modo figurado, por especial providencia de mi divina caridad. Yo conocía la debilidad y fragilidad del hombre, que le lleva a ofenderme. No que se vea forzado por ella ni por ninguna otra cosa a cometer la culpa, si él no quiere, sino que, como frágil, cae en culpa de pecado mortal, por la que pierde la gracia que recibió en el santo bautismo en virtud de la Sangre. Por esto fue necesario que la divina Caridad proveyese a dejarles un bautismo continuo de la Sangre. Este bautismo se recibe con la contrición del corazón y con la santa confesión, hecha, cuando tienen posibilidad de ello, a los pies de mis ministros, que tienen la llave de la Sangre. Esta Sangre es la que la absolución del sacerdote hace deslizar por el semblante del alma.

Si la confesión es imposible, basta la contrición de! corazón. Entonces es la mano de mi clemencia la que os da el fruto de esta preciosa sangre. Mas, pudiendo confesaros, quiero que lo hagáis. Quien pudiendo no la recibe, se ha privado del precio de la Sangre. Es cierto que en el último momento, si el alma la desea y no la puede haber, también la recibirá; pero no haya nadie tan loco que con esta esperanza aguarde a la hora de la muerte para arreglar su vida, porque no está seguro de que, por su obstinación, yo en mi divina justicia, no le diga: "Tú no te acordaste de mí en vida, mientras tuviste tiempo, tampoco yo me acuerdo de ti en la hora de la muerte". Que nadie, pues, se fíe, y si alguien, por su culpa, lo hizo hasta ahora, no dilate hasta última hora el recibir este bautismo de la esperanza en la Sangre. Puedes ver, pues, cómo este bautismo es continuo, en el que el alma debe ser bautizada hasta el final de su vida.

En este bautismo conoce que mi operación (es decir, el tormento de la cruz) fue finita, pero el fruto del tormento que por mí habéis recibido es infinito en virtud de la naturaleza divina, que es infinita, unida con la naturaleza humana, finita, que fue la que sufrió en mí. Verbo, vestido de vuestra humanidad. Mas porque una naturaleza está unida y amasada con la otra, la Deidad eterna trajo de sí e hizo suya la pena que yo sufrí con tanto fuego de amor. Por esto puede llamarse infinita esta operación, no porque lo sea el sufrimiento actual del cuerpo y el sufrimiento que me proporcionaba el deseo de cumplir vuestra redención (ya que ambas terminaron en la cruz cuando el alma se separó del cuerpo), pero el fruto, que proviene del sufrimiento y del deseo de vuestra salvación, sí es infinito. Por esto lo recibís infinitamente. Si no hubiese sido infinito, no habría sido restaurado todo el género humano: pasados, presentes y venideros. Ni el hombre cuando peca podría levantarse después de su pecado, si no fuera infinito este bautismo de la Sangre que se os ha dado, es decir, si no fuera infinito su fruto.

Esto os manifesté en la apertura de mi costado, donde halláis los secretos del corazón, demostrándoos que os amo mucho más de lo que puedo manifestar con un tormento finito. ¿En qué te he revelado que es infinito? En el bautismo de la Sangre, unido con el fuego de mi caridad, derramada por amor, con el bautismo general, dado a los cristianos y a quienes quieran recibirlo, del agua, unido con la Sangre y con el fuego, en que el alma se amasa con mi Sangre. Para dároslo a entender, quise que del costado saliese sangre y agua. Con esto he querido responder a lo que tú me preguntabas."


Santa Catalina de Siena, Doctor de la Iglesia: El Diálogo 75.



Oración:

Señor Dios, tú has mostrado a santa Catalina el amor infinito hacia todos los hombres, hechura de tus manos, que arde en tu corazón . Ella compartió generosamente esta revelación y la vivió en todas sus consecuencias hasta el heroísmo. Concédenos que podamos seguir su ejemplo, confiando en tus promesas y aumentando nuestra fe en tu presencia en cada sacramento, especialmente en el sacramento de tu perdón. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.



De Ateneo Pontificio "Regina Apostolorum"

Tonantzin - Guadalupe


Tonantzin - Guadalupe
Patricia E. González Sánchez
Lo nuestro
Tonantzin, significa nuestra madre, se refiere a la madre tierra, a la que nos da el sustento y nos recibe cuando morimos. Se refiere también a la naturaleza misma de la que formamos parte. El mexicano es hombre de maíz, a diferencia de los hombres que llegaron del otro lado del mar, hombres que ya habían olvidado sus orígenes y a la naturaleza que les tenía sin cuidado. Tonantzin colaboraba en el quehacer de los humanos porque en su seno recibía la semilla, la lluvia, el sol y el aire necesarios para que la milpa creciera, la cosecha se diera y los hombres perduraran en su camino transitorio por este mundo. En el México precolombino, era altamente apreciada, de ahí la terminación tzin, honorable, respetada que junto a tona que también existe en la palabra nahuatl para sol (tonatiuh), esto nos acerca un poco a la enorme importancia que significa esa manera de ver a las fuerzas que nos permiten vivir y experimentar aquí todas las emociones, y todas las posibilidades del ser humano gracias a que encarnamos aquí como hombres hechos de maíz. El mexicano antiguo sabía perfectamente que había un ser supremo con doble personalidad femenino-masculina, su nombre era Ometeotl, el padre-madre de todas las cosas. Todos los demás dioses no eran sino diferentes advocaciones, formas de nombrar y comprender la acción creadora y destructora de esa gran fuerza inicial que las culturas del norte de América llamaron El gran espíritu. No es que fuera realmente una diosa la Tonantzin, en el sentido que occidentalmente le hemos dado a la realeza, sino que se le veneraba porque en los seres humanos que habitaban este país antiguamente existía manifiestamente algo que hoy casi está olvidado. Agradecimiento. Agradecimiento por la vida, porque se podía seguir viviendo en comunidad con la familia y el resto de la sociedad, porque todos los niños y niñas tenían escuela, que era obligatoria, porque los ancianos –los experimentados miembros de la sociedad- enseñaban a las nuevas generaciones y se ocupaban de actividades que ayudaban a las comunidades a seguir siendo grupos humanos dedicados a vivir una vida digna, honorable y fructífera en todos sentidos. La Tonantzin era visitada en todas partes de mesoamérica para llevarle ofrendas, para agradecer sus innumerables bondades con los seres humanos que habitaban entonces aquí. La tierra, la madre tierra también proporcionaba todas las plantas, animales y minerales necesarios para elaborar medicinas y así prevenir y conservar la salud. La vida tenía un sentido de trascendencia que iba más allá de ir a los templos para celebrar las festividades que eran muchas. Tonantzin pues, era una madre generosa y sabia, amorosa.
Cristóbal Colón y Hernán Cortés trajeron y portaron una imagen de la Virgen de Guadalupe, que significa río escondido en árabe, originaria de Cáceres, España. Imagen escondida en 711, perdida por 600 años, encontrada por un pastor en 1326 llamado Gil Cordero, al que se le apareció una señora radiante mientras buscaba unas vacas, ella le pidió una capilla, rescataron la pieza en perfectas condiciones y con papeles de identificación, finalmente se le dio nombre –Guadalupe- y capilla. Muy venerada en España hasta la fecha. Con el tiempo, al principio de la colonia, llegó Zumárraga y todos conocemos la historia del indio Juan Diego, hoy santo. Antes de la conquista, en el cerro del Tepeyac era reverenciada Tonantzin, ahí mismo se edificó un santuario después de la aparición en la tilma de Juan Diego de una virgen morena, como los mexicanos, y se le llamó Virgen de Guadalupe, tomando el nombre español para sustituir en la mente de los evangelizados el de Tonantzin. Hoy la patrona de América, la virgen morena recibe todo tipo de peticiones, cada vez más porque mayor es la crisis y pocos son los agradecimientos, porque a diferencia de antaño, ya no estamos viviendo en una verdadera comunidad, ni honramos la vida y el sentido que ésta tiene como miembros de una sociedad. La Tonantzin-Guadalupe nos sigue dando el sustento para nuestras vidas, pocos, se lo llevan y lo venden, todos lo necesitan. Lo que permite Tonantzin-Guadalupe es que viva todavía la esperanza y eso, si vemos lo que está pasando en el país, es en realidad un gran milagro.
Mi correo:madexiwe@gmail.com

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